Thursday, April 22, 2010

"Obama to castigate Wall Street"

Tras el escándalo de Goldman Sachs, la SEC y el gobierno de Obama se han apurado en presentar una nueva reforma financiera que regule, como nunca antes, la actividad de los bancos en Wall Street,

Se trata de una nueva versión de la histórica ley Glass-Steagall, norma creada tras la gran depresión de 1929 y que estaba enfocada en regular el "propietary trading"(inversiones de riesgo con capital propio) de los bancos. La ley Glass-Steagall sirvió como referente jurídico del mercado durante varias décadas, hasta que se le consideró obsoleta y se promovió su derogación.

La nueva reforma financiera, que algunos se han apurado a llamar "The Volcker rule" en honor al economista Paul Volcker, plantea ampliar las facultades regulatorias del gobierno, lo que incluiría: la limitación del "propietary trading", otorgar mayores poderes y presupuesto a la SEC, obligar a los bancos a transparentar todas sus operaciones, emitir nuevos principios contables a nivel internacional y crear un organismo que vele por los intereses de los consumidores, no de los bancos.

El diario Wall Street y Jonathan Wesiman presentan hoy el artículo "Obama to castigate Wall Street" (http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703876404575199582764862248.html?mod=e2tw) donde nos adelantan parte de lo que será el discurso que el presidente Obama dará hoy por la tarde en Nueva York.

Surgen miles de interrogantes al respecto. ¿Mayor regulación es la respuesta idonea para prevenir otra catástrofe financiera? ¿Mayores reglas restarán eficiencia a los mercados y limitarán el desarrollo económico global?

Si bien se han cometido excesos, no podemos olvidar que Wall Street y los bancos de inversión han contribuído significativamente al desarrollo económico y financiero mundial.

En palabras de Buffett: "Yo no veo a Wall Street como algo malvado...simplemente creo que a veces tiende a los grandes excesos."

No a los excesos y laxidad regulatoria. Sí a la eficiencia de los mercados y al desarrollo económico.

Saludos,

Santiago H.

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